Vínculos 2013 estaba ya en sus últimas horas. Tras recoger las maletas en el aeropuerto de Atenas tocaba la espera para volver a facturarlas de nuevo, esta vez rumbo a Madrid. El vuelo salía a las 5 de la madrugada y hasta las 3 no podríamos deshacernos del equipaje. La espera fue bastante larga y dura, pero finalmente partimos hacia Barajas.
Con gran puntualidad aterrizamos en España. Allí fueron las primeras despedidas de los miembros de la OCAS que desde Madrid partían hacia sus casas en Santander, Andalucía o Salamanca.
El autobús que nos llevaría a Asturias ya nos estaba esperando y programamos las paradas en las que se quedarían los diferentes miembros de la orquesta. La primera parada en Adanero, en donde comimos tortilla, jamón, calamares y unos cafés que supieron a gloria.
Tordesillas, La Virgen del Camino, Mieres, Oviedo, Lugones (en donde se dejaron todos los instrumentos de la orquesta) y Gijón.
A media tarde la expedición de la OCAS, casi al completo, estaba ya en sus casas con la satisfacción de haber participado en una exitosa edición de Vínculos 2013 con un gran país, Grecia, y una isla increíble, Creta.
Había llegado el momento de despedirse de Rethymno, la ciudad a orillas del Mar Egeo y pocas horas más tarde sería la despedida de Creta, la isla que enamoró a todos los miembros de la OCAS.
Pero antes de irse aún había un último concierto, en un lugar muy especial, para la planta de Pediatría del Hospital Universitario de Heraklion.
A eso de la 1 de la tarde llegábamos al hospital en donde ya nos estaban esperando enfermeras y médicos y algún que otro niño, como Christos, que se encargó de traer y colocar una gran parte de las sillas en las que se sentaría el público.
Aunque no fueron muchos los niños, familiares y personal del hospital que pudieron asistir, el concierto fue todo un éxito; no se pudo acabar Vínculos 2013 en Grecia con mejor sabor de boca.
La complicidad y camaradería de los profesionales del hospital fue total y sabemos, a ciencia cierta que niños, madres y padres pasaron un momento en el que se pudieron olvidar de sus dolencias.
Encantó Kontylies Kalogeridi la obra griega en la que se contó con Ioannis Petrakis como violín solista.
Risas, palmas, aplausos, colaboración se sucedieron obra tras obra y al final prácticamente todos acabaron bailando al ritmo de MAMMMMBO. Sin duda este fue uno de los mejores cierres que Vïnculos 2013 podía tener.
Después nos fuimos al centro de Heraklion para comer algo rápido e ir después al aeropuerto. Pero no había acabado todo allí. Estaba previsto grabar una nueva flashmob interpretando la canción principal de Zorba el Griego.
Aquello no se estaba poniendo nada fácil ya que en la zona prevista para la grabación no hacía más que llegar gente y maletas y se estaba complicando todo. Hubo que hacer un cambio de ubicación si no se quería tener problemas y el resultado, que esperamos poder mostrar pronto, fue espectacular.
Fueron geniales las caras de sorpresa de turistas viendo cómo poco a poco se iban incorporando los diferentes instrumentos a interpretar el sirtaki. Hubo una gran ovación final y más de un comentario de agradecimiento una vez finalizó todo. Lo que no fue fácil fue llegar con todos los instrumentos hasta el lugar en el que se habían dejado todo el equipaje debido a la multitud de personas que había haciendo cola en los mostradores de facturación.
Tras el espectáculo era nuestro turno para facturar todo el equipaje, solamente hasta Atenas. Todo se desarrolló con normalidad y puntualmente estábamos volando hacia Atenas en un vuelo que duró menos de 1 hora, añorando una isla y unas gentes que había robado nuestros corazones.
Había llegado el momento de dejar Archanes, la población que nos había acogido desde nuestra llegada a Creta. Estábamos distribuidos por diferentes casas y alojamientos de la localidad, así que hubo que hacer varios viajes con la furgoneta para bajar las maletas al Ayuntamiento, lugar desde el que partiría el autobús hacia Rethymno.
Algunos esperaron en la plaza del pueblo, otros en su propia casa y otra parte bajó directamente al ayuntamiento.
Sin demasiado problema conseguimos encajar todo el equipaje y los instrumentos en el autobús y la furgoneta, así que solamente quedaba la despedida.
Nos dio mucha pena decirle un hasta pronto a Xaris Agapakis, Vicepresidente de Cultura, que fue nuestra sombra y conseguidor máximo desde que pusimos el pie en esta acogedora población. Y también a Katerina Gialitaki, Consejera del Alcalde que, además de nuestra traductora “oficial” hizo de todo para que todo fuera muchísimo más sencillo. De Chryssa Mavrocosta no pudimos despedirnos pero sí que nos acordamos de ella y de quienes lograron que Archanes fuera para la OCAS un lugar muy especial.
Manuel Paz con Xaris Agapakis y Katerina Gialitaki
Salimos hacia Heraklion más o menos en el horario previsto, alrededor de las 12 de la mañana y más o menos a las 2 de la tarde ya habíamos llegado a Rethymno. La carretera, bordeando el mar, nos fue presentando algún paraje y alguna playa que invitaba al baño.
Nos tuvimos que alojar en cuatro hoteles diferentes, muy próximos entre sí, dado que no había disponibilidad y no fue un proceso fácil ni corto.
Estábamos muy bien situados, en segunda línea de playa y al lado de un supermercado que sería el lugar en el que nos aprovisionaríamos durante nuestra estancia en Rethymno.
El resto del día fue libre así que se aprovechó para comer, darse un baño en la playa, o en la piscina, hacer la compra o la primera visita a la parte antigua de Rethymno.
Habíamos empezado la última etapa del viaje al lado de una playa que habíamos añorado algún caluroso día en Archanes.
El 15 de agosto también es fiesta en Creta, la Santa María que la llaman. En la iglesia al lado del ayuntamiento (Agia Panagia) un gran número de personas, ya desde el día anterior, encendía sus velas a la Virgen con un ritual que no entendíamos muy bien
Por la mañana, una parte del grupo fue de ruta a las gargantas de Astrakiano Faragi, próximas a Archanes, acompañados entre otros de Xrisa y Katerina, dos de nuestras conseguidoras en Archanes. En esta ocasión no nos acompañó Haris, que en griego podría significar «hombre de gran paciencia que resuelve todos los problemas».
La ruta, de unos diez kilómetros, fue muy interesante. Al principio por el fondo del cañón, al lado del río, y en los últimos kilómetros por la parte alta, en la montaña. Esto fue lo más duro porque el sol estaba en todo lo alto achicharrándonos a cada paso que dábamos y no había ni una sola sombra.
Las uvas que comimos al acabar la ruta se saborearon como el mejor manjar del mundo, entre otras cuestiones porque habíamos acabado el agua. Después fuimos a comer a un restaurante, en un paraje muy bonito y fresco, en el que los griegos estaban disfrutando del día festivo en familia.
Volvimos a Archanes para hacer un ensayo parcial, cambiarnos y marchar hacia Houdetsi en donde visitaríamos el Museo-Escuela de Ross Daly, un gran músico irlandés afincado en Archanes y un verdadero virtuoso de la música tradicional griega, con una calidad humana impresionante.
Tuvimos el privilegio de visitar el museo de Ross Daly con un guía excepcional, el valenciano Efrén López, un gran músico desgraciadamente desconocido en España que recorre el mundo entero recopilando información sobre instrumentos musicales. La visita guiada fue espectacular mostrando las características de liras, mandolinas, sitares, laudes, tablas, panderos e incluso una gaita. Cerca de un centenar de instrumentos en uso recopilados por todo el mundo.
La visita acabó con una interpretación de Ross Daly con la lira y con otro instrumento de nueva creación cuya peculiaridad es que utiliza un cono de altavoz como caja de resonancia. En aquel lugar había algo especial que nos hacía sentir realmente bien a todos los miembros de la orquesta.
Tras la visita tocaba el concierto, de nuevo en un ambiente festivo, con las mesas alrededor del escenario. El público se fue animando obra tras obra y finalizó la actuación con los aplausos que tras cada concierto provocan.
Uno de los momentos más destacados del concierto fue la maestría a la batuta de una niña griega de unos cuatro años que dirigió magistralmente a la OCAS.
La casualidad quiso que tuviéramos un traductor de excepción: Alejandro, un oboísta de Candás, enamorado de la música griega y conocido por varios miembros de la OCAS.
Tras el concierto, de nuevo la música tradicional volvió a llenar el ambiente, mientras cenábamos la exquisita cena que nos ofreció la organización de esta fiesta. En esta ocasión ya se había pillado el tranquillo a las danzas, así que poco a poco nos íbamos incorporando a los corros para bailar al ritmo griego.
En dos turnos diferentes volvimos a Archanes con el buen sabor que deja ofrecer un buen concierto, una buena comida y la fiesta.
Archanes, Knosos, Agios Vasilios (Creta), 14 de agosto
Este día teníamos programada la visita al Palacio de Knosos, la excavación arqueológica que dirigió Sir Arthur Evans a finales del siglo XIX. Nos habían dicho que lo mejor era estar allí a primera hora, así que madrugamos.
Las colas no eran demasiado largas y pudimos entrar sin mayor dificultad. Ante nosotros los restos del recinto palaciego en el que los minoicos, hace mas de 5000 años, desarrollaban su vida y celebraban juegos y fiestas, todo ello bajo el punto de vista del Señor Evans, cuyos métodos de excavación y reconstrucción aún son polémicos.
El gran patio central, en el que seguramente también se realizaron representaciones musicales, hubiera sido un marco ideal para realizar un concierto de la OCAS, eso sí, cuando el sol se hubiera ocultado y dejara de castigar estas piedras milenarias.
A pesar del mito del laberinto, la visita se desarrolló ordenadamente y no se perdió ningún miembro de la orquesta.
Para aliviar el sol de justicia y el calor pasado, nos acercamos Karterós, una de las playas más próximas a Archanes y con unas sorprendentes instalaciones que ofrecen la máxima comodidad: vestuarios, duchas, baños, tiendas, música, Wi-fi…
Disfrutamos de unas horas de playa mientras veíamos, desde el agua, cómo pasaban sobre nuestras cabezas los aviones que despegaban y aterrizaban en el aeropuerto de Heraclion.
Regresamos a nuestra base, a Archanes, para cambiarnos y dirigirnos al concierto que esa noche realizaríamos en Agios Vasilios y que sería sorprendente.
Lo primero que vimos al llegar a la gran plaza, en el centro del pueblo, fueron cientos de mesas con manteles blancos en las que familias enteras, poco a poco, iban ocupando sus sitios. Un espacio abierto, a modo de escenario, presidía la plaza. En este emplazamiento montamos la orquesta con alguna dificultad por la cantidad de mesas que ocupaban el recinto.
La sorpresa fue mayúscula cuando los parroquianos comenzaron a escuchar a la orquesta y las diferentes piezas de nuestro repertorio. Sin duda era un lugar idóneo para hacer el Concierto de Cacharros de Cocina, rodeados de mesas repletas de la sana y exquisita comida griega.
El concierto fue un éxito y tras las cena, a la que amablemente fuimos invitados por la organización, la fiesta continuó con la actuación de diferentes grupos locales. Era nuestro turno para la sorpresa al descubrir la música de Creta y sobre todo sus bailes. Danzas en las que se baila en grupo y que, a pesar de la dificultad de los pasos, llevaron a la orquesta en pleno a compartir esta experiencia y crear un nuevo vínculo, esta vez con bailes de música tradicional griega.
La pasión de los griegos por esta música y el contagioso ritmo dificultaron sobre manera nuestra partida, ya que parecía imposible soltarse de los corros que se formaban en el centro de la plaza. Pero teníamos que irnos y abandonamos la localidad totalmente entregados a la forma de celebrar y divertirse de los griegos, en comunidad.
Aquí os dejamos este video con una pequeña muestra de estos bailes.
¡Por fin llegaba el 7 de agosto! Se iniciaban los primeros minutos del día (de noche) cerrando la maleta, pesándola para comprobar que no se superaban los 23 kilogramos, repasando todo lo imprescindible y haciendo el traslado al lugar en el que nos recogería el autobús.
A la 1 y dos minutos salíamos de Gijón con una puntualidad, hasta ahora poco habitual en la OCAS. Lugones, Oviedo y a las 2.15 dejábamos Mieres con un retraso acumulado de 15 minutos. Todo un récord para la OCAS.
Durmiendo y «roncando» íbamos camino de Barajas haciendo alguna parada para seguir recogiendo a la plantilla de la orquesta en la Virgen del Camino, Tordesillas y Adanero. Parando y durmiendo, al final llegamos con más de media hora de adelanto sobre el horario previsto.
Las últimas incorporaciones fueron en el Aeropuerto en donde fuimos facturando el equipaje, no sin cierta dosis de estrés. Conseguir que los bultos de la orquesta pesaran menos de 23 kilos y medio no fue nada fácil. Pero al final se logró haciendo ingeniería y todo tipo de trasvases.
El avión salió y llegó a la hora prevista con unas turbulencias al final del viaje que, afortunadamente fueron menores de lo que nos había anunciado el capitán. Por cierto, se llama Ismael Serrano y al final no nos atrevimos a pedirle que nos cantara una canción 🙂
Las maletas y bultos, dotados de DTL (el Dispositivo Textil de Localización) fueron llegando a buen ritmo y en menos de lo que se pensaba estábamos fuera del aeropuerto intentando encajar los bultos en un autobús bastante pequeño. Al final no fue posible y hubo que pedir otro refuerzo.
Atenas en el mes de agosto está “on holidays”, según nos comentó el chófer de uno de los autobuses así que llegamos al hotel en menos que canta un gallo. Después tocaba el reparto de las habitaciones.
Hasta las 7.30 nos quedaba un rato libre así que la mayoría subimos a la piscina a pegarnos un refrescante baño. Una sorpresa fue ver desde la terraza una impresionante vista de la Acrópolis. ¡¡¡Estábamos en Grecia!!!
Con bastante puntualidad, a las 7.30 empezaba el ensayo conjunto que duró más o menos hasta las 10 de la noche. Había que repasar varias obras, entre otras la canción asturiana “La Panderetera” y el “Sacromonte” de Turina.
Alrededor de las 10 acabamos el ensayo y tocaba cenar. Hubo quien tiró de las provisiones que trajo de España y quien se aventuró en busca de algún restaurante de diferente tipo.
Había sido un día muy largo, de muchas horas, así que los diferentes grupos fueron recogiendo pronto a dormir. Había empezado Vínculos 2013. Nos reencontrábamos otro año más en Vínculos.